Sobre la pasarela de inspiración futurista, la First Lady avanza entre looks que expresan la reafirmación de la mujer y, al mismo tiempo, la elegancia revivida a través de telas tweed interpretadas en volúmenes innovadores con trazas multicolor que evocan los colores de la galaxia; el vinilo presentado de forma rigurosa en marfil, es un regalo a los uniformes del espacio que, junto con prendas bordadas con mix de materiales preciosos, nos llevan a territorios lunares aún no explorados.
El logo coge nueva forma evocando juegos geométricos que recuerdan a los años sesenta reinventados en el futuro.
Los tonos predominantes como blancos y cremas, se combinan con colores fuertes como el fucsia y el kermit, que alternando con el verde botella, el azul y el jade, se fusionan sobre mini faldas, vestidos rectos y monos.
Los pendientes en forma de esfera y sombreros estilos casco forman una unidad con el cuerpo.
Imaginando un mundo de hace sesenta años, esta colección revela que el futuro siempre ha existido.